Brote de Fiebre Amarilla : Actualidad, Casuística y la Importancia de la Vigilancia Internacional en Fronteras

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Israel H. Cedeño-González

 

La fiebre amarilla es una enfermedad viral hemorrágica aguda, transmitida por vectores artrópodos, que representa un importante problema de salud pública en las regiones tropicales de América del Sur y África. Recientemente, se ha reportado un brote de fiebre amarilla en la zona del Tolima, Colombia, lo que ha encendido las alarmas sanitarias tanto a nivel nacional como internacional. Este artículo tiene como objetivo analizar la situación actual del brote, su casuística, y la importancia de la vigilancia internacional en fronteras, con especial énfasis en Panamá, debido a su antecedente histórico con la enfermedad.

 

Situación Actual en el Tolima, Colombia 

Según los últimos boletines epidemiológicos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el departamento del Tolima ha registrado un aumento en los casos de fiebre amarilla en zonas rurales y selváticas. La mayoría de los casos se han asociado a la transmisión del ciclo selvático, donde los mosquitos de los géneros Haemagogus y Sabethes actúan como vectores principales. Estos mosquitos transmiten el virus a los humanos que ingresan a áreas boscosas para actividades como la tala, la agricultura o el turismo.

El reservorio principal del virus de la fiebre amarilla son los primates no humanos (monos), que actúan como amplificadores del virus en la naturaleza. La muerte de monos en zonas endémicas es un indicador temprano de la circulación viral y debe ser monitoreada como parte de los sistemas de vigilancia.

 

Casuística del Brote

Aunque en 2024 los casos estuvieron concentrados principalmente en la región amazónica de Bolivia, Brasil, Colombia, Guyana y Perú, en 2025 la enfermedad ha comenzado a desplazarse hacia áreas fuera de esta zona, especialmente al estado de São Paulo, Brasil, y al departamento de Tolima, Colombia. Durante 2024, Colombia reportó 23 casos confirmados de fiebre amarilla, de los cuales 13 resultaron fatales. Las personas afectadas tenían edades comprendidas entre los 11 y los 89 años, y en su mayoría estuvieron expuestas a áreas silvestres y boscosas sin contar con antecedentes de vacunación.

Según la informacón provista por  la Secretaría de Salud, durante las primeras cuatro semanas de 2025  se registraron ocho casos con 2 fallecimientos, en personas de entre 28 y 66 años que habitan en zonas rurales dispersas del Tolima. Los casos reportados han presentado síntomas clásicos como fiebre alta, cefalea, ictericia, dolor muscular, náuseas y vómitos.

En casos graves, la enfermedad puede progresar a insuficiencia hepática y renal, con una tasa de letalidad que puede superar el 50%, por esto se ha  destacado la importancia de la detección temprana y el tratamiento sintomático para reducir la mortalidad.

 

Vigilancia Internacional en Fronteras: El Caso de Panamá

Panamá tiene un antecedente histórico significativo con la fiebre amarilla. Durante la construcción del Canal de Panamá a principios del siglo XX, la enfermedad fue una de las principales causas de mortalidad entre los trabajadores superada solamente por otra enfermedad transmitida por un vector, la malaria. Existen reportes de fiebre amarilla en 1905, 1948, 1952 y los últimos 5 casos autóctonos selváticos se registraron en 1974 en el área de Bayano, zona este del país. Desde entonces, el país ha mantenido un estricto control epidemiológico y una alta cobertura de vacunación, lo que ha evitado la reaparición de la enfermedad.

Sin embargo, la migración irregular desde Colombia, especialmente a través de la peligrosa ruta del Darién, representa un riesgo potencial para la reintroducción del virus en Panamá. Los migrantes irregulares pueden no estar vacunados y, al ingresar a áreas selváticas, exponerse a mosquitos vectores infectados. Por ello, la vigilancia internacional en fronteras es crucial para prevenir la reintroducción de la fiebre amarilla en Panamá.

 

Vectores y Ciclos de Transmisión 

La fiebre amarilla tiene dos ciclos de transmisión: 

  1. Ciclo selvático: Ocurre en áreas boscosas, donde los mosquitos Haemagogus y Sabethes transmiten el virus entre primates no humanos y humanos.
  2. Ciclo urbano: Implica al mosquito Aedes aegypti, que transmite el virus de persona a persona en áreas urbanas. Este ciclo es más peligroso debido a la alta densidad poblacional y la capacidad de generar epidemias rápidas.

Vacunación contra la Fiebre Amarilla 

La vacunación es la medida más efectiva para prevenir la fiebre amarilla. La vacuna utilizada es una vacuna viva atenuada, conocida como 17D, que confiere inmunidad de por vida con una sola dosis. La OPS recomienda la vacunación para: 

– Residentes en áreas endémicas. 

– Viajeros que se dirigen a zonas de riesgo. 

– Poblaciones en áreas fronterizas con circulación viral.

En Panamá, la vacunación es obligatoria para quienes ingresan desde países con riesgo de fiebre amarilla. Sin embargo, los migrantes irregulares no están cubiertos por este sistema, lo que representa un desafío para la salud pública.

 

Recomendaciones para Evitar la Reaparición de la Fiebre Amarilla en Panamá

  1. Fortalecer la vigilancia epidemiológica: Monitorear la mortalidad de primates no humanos y la aparición de casos humanos en áreas fronterizas.
  2. Vacunación en zonas de riesgo: Asegurar la cobertura vacunal en comunidades cercanas a la frontera con Colombia.
  3. Control de vectores: Implementar medidas de control de mosquitos en áreas urbanas y rurales.
  4. Educación y sensibilización: Informar a las poblaciones locales y migrantes sobre los riesgos de la fiebre amarilla y la importancia de la vacunación.
  5. Cooperación internacional: Trabajar con Colombia para controlar el brote en el Tolima y prevenir la dispersión del virus.

 

El brote de fiebre amarilla en el Tolima, Colombia, es un recordatorio de la importancia de mantener sistemas de vigilancia robustos y estrategias de prevención efectivas. Panamá, con su experiencia histórica y su posición geográfica, debe redoblar esfuerzos para evitar la reintroducción del virus a través de la migración irregular. La cooperación internacional y la vacunación masiva son herramientas clave para proteger a las poblaciones vulnerables y prevenir futuros brotes.